La «intensidad». ¿Cuántas veces has escuchado esta palabra? En el mundo del fútbol se utiliza mucho (y mal).
En este artículo te voy a dar una definición y 3 consejos para aumentar la intensidad de tus entrenamientos.
¿Qué es la intensidad en el fútbol?
La intensidad en el fútbol se puede definir como el grado de exigencia física que requiere una acción para su resolución. Ésta no es su definición literal (o sí, no lo se porque no la he buscado en el diccionario), pero nos sirve para entender el concepto.
Tiene que ver con la dificultad que supone un ejercicio para el jugador, con el nivel de esfuerzo (físico) percibido por su parte alcanzar el objetivo de dicha tarea.
Es decir, cuanto más difícil sea la resolución de una tarea, mayor intensidad y esfuerzo va a suponer para el jugador.
Se trata, por lo tanto, de un concepto muy subjetivo. La misma tarea puede resultar difícil para un jugador, pero más fácil para otro. Puede exigir mayor esfuerzo a uno que a otro.
Al principio decía que este término se usa mucho y mal. Normalmente, se utiliza como argumento fácil y rápido para justificar el rendimiento de los jugadores y equipos de fútbol: si pierden, les ha faltado intensidad; si ganan, han sido más intensos que el rival…
¿Significa esto que esté mal utilizado? No necesariamente. En ocasiones puede que el motivo de ese bajo rendimiento sea la falta de intensidad. Es algo objetivo.
El problema viene cuando siempre se reducen los análisis al mismo argumento. Dejan de tener objetividad…
¿Cómo aumentar la intensidad en los entrenamientos de fútbol?
Si queremos correr una distancia a máxima velocidad, lo haremos con una gran intensidad. Sin embargo, si queremos realizar esa misma distancia con una bandeja llena de copas, y si hiciésemos ese trayecto con la máxima velocidad posible sin que las copas caigan, necesariamente esta segunda acción, a pesar de ser más lenta, tiene más exigencia porque requiere más concentración.
Carlos Carvalhal
Muchas veces no se trata de correr más, sino de correr mejor. Muchas veces el problema no es la falta de intensidad (esfuerzo físico), sino la falta de concentración (exigencia mental).
El otro día en el boletín para suscriptores lanzaba esta pregunta: ¿Quién marca la intensidad? ¿El entrenador, con sus tareas, o los jugadores?
Lo cierto es que todo influye. Pero, en lo que respecta a nosotros, los entrenadores, te voy a dejar 3 consejos efectivos para aumentar la intensidad en tus entrenamientos.
De esta manera evitarás recurrir a los mismos tópicos de siempre («corre más», «aprieta»…), que no siempre son la solución a la «falta de intensidad».
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1. Diseña ejercicios complejos
Cuando hablo de ejercicios complejos, me refiero a ejercicios con oposición. El hecho de contar con atacantes y defensores en un ejercicio incrementa la dificultad de su resolución.
Esto es algo evidente. No es lo mismo finalizar a puerta vacía que contra un portero que la proteja; no es lo mismo finalizar solo contra el portero, que teniendo que desbordar previamente a un defensor.
Y, como ya hemos comentado, cuanto mayor sea la dificultad de la tarea, mayor será la intensidad requerida.
Además, los ejercicios con oposición suelen requerir una mayor toma de decisión que los ejercicios puramente analíticos, sin dicha oposición. Esto significa que la exigencia mental (concentración) también es mayor.
2. Plantea situaciones competitivas
Cuando hablo de situaciones competitivas, me refiero a ejercicios con puntuación. El mismo ejercicio con puntuación y sin ella cambia por completo. ¿No te lo crees? Haz la prueba.
Cualquier ejercicio puede tener puntuación, un ganador y un perdedor. Incluso un rondo: el jugador que acaba la ronda defendiendo pierde. Simplemente con este requisito la tarea va a ganar un punto en intensidad.
Si, además, el ganador tiene un «premio» y/o el perdedor un «castigo», el ejercicio sube otro punto de intensidad. ¿Tampoco te lo crees? ¡Pruébalo!
El premio o el castigo lo dejo en tu mano. Si quieres puedes escribir tus propuestas en los comentarios. ¡Seguro que otros compañeros te lo agradecen!
Pero te voy a dar un último consejo para aumentar la intensidad de cualquier ejercicio: cuando se acerque el final de la serie, haz una cuenta atrás en voz alta («10, 9, 8…»). Verás como en este momento, después de un tiempo de trabajo, el jugador, lejos de reducir su esfuerzo, lo incrementa para no ser el perdedor.
Ya lo ves, en el mismo ejercicio, con estas 3 sencillas pautas, cambia por completo la intensidad.
3. Refuerza el desarrollo con tu feedback
Por último, tu actitud durante el desarrollo de la tarea es fundamental. Como entrenador tienes que estar activo y trasladar feedback frecuente a los jugadores.
El feedback es la información que les das durante el transcurso de un ejercicio, antes y/o después del mismo. Esta información sirve para reforzar comportamientos positivos y corregir errores, tanto a nivel individual como colectivo. También sirve para recordar la puntuación de la tarea y la cuenta atrás que te comentaba anteriormente.
El jugador debe notar tu presencia, tus ánimos y tus refuerzos. No puedes exigir intensidad y concentración si tú mismo no la demuestras.
Por lo tanto, ten en cuenta este último consejo, pero no por ello menos importante que los demás. Quizás los otros dos anteriores están más enfocados al diseño en sí de la tarea y éste, al desarrollo.
Resumen
La intensidad es un concepto subjetivo, pero en muchas ocasiones se detecta o manifiesta de forma evidente. Los entrenadores podemos intervenir sobre ella a través de nuestros entrenamientos y las tareas planteadas.
Para ello, te recomiendo que sigas los siguientes consejos:
- Diseña ejercicios complejos, con oposición.
- Plantea situaciones competitivas, con puntuación.
- Refuerza el desarrollo con tu feedback.
PD: Todo esto, si el jugador no tiene la suficiente motivación, no sirve de mucho. Escribiré sobre ello otro día. De momento, te leo en los comentarios de este artículo.
